FORO CONSTITUYENTE


La reforma política de la CDMX (2015), define en su contenido que el jefe de gobierno, será el que presente el proyecto de constitución a la Asamblea Constituyente a más tardar el 15 de septiembre de 2016, para su análisis, discusión, enmienda y aprobación.

En las reformas a la constitución de 1857, don Venustiano Carranza como Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo, hizo entrega de su proyecto al Congreso Constituyente 1916-1917,  y en su entrega encontramos párrafos interesantes que es menester divulgar:

Si bien es cierto la constitución de la CDMX, no tendrá los alcances de una constitución federal, pero en ella se podrán sentar las bases como referente nacional.

·         Que en la Constitución de 1917 que hoy pongo en vuestras manos, para que la estudiés con todo el detenimiento y con todo el celo que de vosotros espera la nación, como el remedio a las necesidades y miserias de tantos años.

·         No podré deciros que el proyecto que os presento sea una obra perfecta, ya que ninguna que sea hija de la inteligencia humana puede aspirar a tanto; pero creedme, señores diputados, que las reformas que propongo son hijas de una convicción sincera, son el fruto de mi personal experiencia y la expresión de mis deseos hondos y vehementes por que el pueblo mexicano alcance el goce de todas las libertades, la ilustración y progreso que le den lustre y respeto en el extranjero, y paz y bienestar en todos los asuntos domésticos.

·         Que en ella se conserve intacto el espíritu liberal y la forma de gobierno en ella establecida.

·         Que las reformas sólo se reduzcan a quitarle lo que la hace inaplicable, a suplir sus deficiencias, a disipar la oscuridad de algunos preceptos, y a limpiarla de todas las reformas que no hayan sido inspiradas más que en la idea de poderse servir de ella para entronizar la dictadura.

·         La Constitución de un pueblo no debe procurar, si es que ha de tener vitalidad que le asegure larga duración, poner límites artificiales entre el Estado y el individuo, como si se tratara de aumentar el campo a la libre acción de uno y restringir la del otro.

·         Que la Constitución lo primero que debe hacer es garantizar, de la manera más amplia y completa posible, la libertad humana, para evitar que el Gobierno, a pretexto del orden o de la paz, motivos que siempre alegan los tiranos para justificar sus atentados, tenga alguna vez de limitar el derecho y no respetar su uso íntegro.

·         Abrigo la esperanza de que con ellas y con los castigos severos del Código Penal imponga a la conculcación de las garantías individuales, se conseguirá que los agentes del poder público sean lo que deben ser: instrumentos de seguridad social, en vez de ser lo que han sido, los opresores de los pueblos que han tenido la desgracia de caer en sus manos.

·         Que el pueblo mexicano está ya tan acostumbrado al amparo en los juicios civiles, para librarse de las arbitrariedades de los jueces, que el gobierno de mi cargo ha creído que sería no sólo injusto, sino impolítico, privarlo ahora de tal recurso, estimando que bastará limitarlo únicamente a los casos de verdadera y positiva necesidad, dándole un procedimiento fácil y expedito para que sea efectivo, como se servirá ver la Cámara en las bases que se proponen para su reglamentación.

·         Que la reforma no se detiene allí sino que propone una innovación que revolucionará completamente el sistema procesal que durante tanto tiempo ha regido en el país, no obstante todas sus imperfecciones y deficiencias.

·         Que el proyecto que tengo la honra de poner en vuestras manos, reformas todas pendientes de asegurar las libertades públicas por medio del imperio de la ley, a garantizar los derechos de todos los mexicanos por el funcionamiento de una justicia administrada por hombres probos y aptos, y a llamar al pueblo a participar, de cuantas maneras sea posible, en la gestión administrativa.

·         Toca ahora a vosotros coronar la obra, a cuya ejecución espero os dedicaréis con toda la fe, con todo el ardor y con todo el entusiasmo que de vosotros espera vuestra patria, la que tiene puestas en vosotros sus esperanzas y aguarda ansiosa el instante en que le deis instituciones sabias y justas. 1º de Diciembre de 1916

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