¡¡¡NO A LA REELECCIÓN LEGISLATIVA!!! EN MÉXICO

Con base al Diccionario Universal de Términos Parlamentarios, que define a la reelección como la posibilidad de elegir otra vez a una persona. Al anteponerse la negación, se está a la referencia de la imposibilidad de participar nuevamente en un proceso electoral. Desde esa perspectiva legal es el impedimento por el que un representante popular no puede volver a ocupar, por el periodo que corresponda, el cargo por el cual fue electo.

En la historia de México existen antecedentes muy claros, como en la era del porfirismo, que los diputados federales ocuparon el cargo durante 31 años de forma consecutiva. El reelegir a una persona por un periodo o más, es antidemocrático, ya que limita la participación de quiénes militan en una institución política para ser postulado.

La frase maderista “Sufragio efectivo, no reelección”, deberá ser vigente, ya que es el principio legal que norma la actividad política del país.

En la política mexicana la no reelección es parcial, ya que cuando el cargo no se ocupa en el periodo legislativo por el que se concluye, deja la posibilidad para los subsecuentes. No opera para la Presidencia de la República, ni para los Gobernadores.

Los Partidos Políticos postulantes de la reelección total, el PAN y el PRD, consideran que sus ventajas son: una larga carrera parlamentaria, más contacto con sus electores, mejor especialización de sus legisladores y que favorece los proyectos de trabajo en comisiones y la aprobación de leyes. Pero la realidad es otra; los partidos (todos) han encontrado la manera extralegal de brincar de una curul a otra (reelección alternativa); sus legisladores no tienen contacto con sus electores, menos con la ciudadanía y en el trabajo de comisiones, no asisten a las reuniones de trabajo o bien no las convocan. Casi todos los partidos desde la reforma política de 1987, han sido beneficiados por el número de curules que han obtenido por la otra vía de representación, que es la de representación proporcional (curul de partido), mediante la fórmula de votación obtenida en una votación por los Partidos Políticos.

La ventaja de la no reelección legislativa, es que permite una mejor participación de otros cuadros políticos, le da movilidad parlamentaria, se evitan las triquiñuelas y los cacicazgos políticos-legislativos, se impide la rutina legislativa y se evita el clientelismo en las circunscripciones electorales a favor de un Partido, fracción o persona.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece con claridad el principio de la no reelección del tipo total para el cargo de Presidente de la República, el artículo 83 dispone que todo aquel ciudadano que haya ocupado la Presidencia en cualquier carácter, electo popularmente, interino, provisional o sustituto, por ningún motivo podrá volver a desempeñarlo; en concordancia los titulares de los poderes ejecutivos locales (gobernadores), se rigen bajo ese principio, si han sido elegidos mediante el sufragio directo, secreto y universal.

Los integrantes del Poder Legislativo (Congreso de la Unión ), Senadores y Diputados, bajo el 59 precepto constitucional, que señala que los legisladores propietarios no podrán ser reelectos para el periodo inmediato, ni siquiera como suplentes, mientras que estos, si podrán hacerlo para el periodo inmediato, en el supuesto de que no hubieran estado en funciones. De igual manera los diputados de los congresos estatales, presidentes municipales, síndicos y regidores de los ayuntamientos.

la Reforma Política de 2010 presentada por el entonces ejecutivo federal, emanado del Partido de Acción Nacional, en unos de sus temas torales fue la reelección inmediata de los legisladores, presidentes municipales, omitiendo en ella al Presidente y a los Gobernadores. Señalaba que podrán ser reelectos aquellos hasta en tres periodos consecutivos y los presidentes municipales, ampliarle su periodo con la posibilidad de ser reelectos por un periodo más. Al no ser lo suficientemente analizada, discutida y menos aprobada por la Legislatura LXI tanto en el Senado, como en la Cámara de Diputados, no se llegó, más que a conclusiones.

En 2013 se retoma el tema, con la participación de todos los Partidos Políticos del mosaico nacional, sin que hasta hoy se llegue a una conclusión adecuada y satisfactoria para la sociedad mexicana.

Votar par la reelección parlamentaria es llegar a un retroceso histórico, es negar la historia de un país necesitado de mejor movilidad, de ideas más constructivas y que vaya a un mejor desarrollo. Votar una reelección, es inmovilizar la participación social y mantener la mediocridad de grupos y personas, ávidas solo de poder y sin escrúpulos.

Con el comentario de Sergio Orozco Gómez


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