NUESTRA LIBERTAD PARA DECIDIR

La educación como formación y la autoeducación como desarrollo, son posibles, cómo prácticas de libertad. Son demostración de emprender el camino de la liberación.

Al desarrollar la educación y la autoeducación, es encontrar el deseo de ejercitar nuestra voluntad, demostrando querer, desear y tener dedicación.

No a un tipo de imitación, clonación de modas intelectuales, artísticas, de ropa, de personalidades ajenas a nosotros mismos.

Practicar la libertad, es encontrar nuestra propia creatividad y buscar nuevas formas para expresarnos: escribiendo, pintando, imaginando, componiendo, encontrando proyectos y presentarlos.

La educación, la autoeducación y la libertad son herramientas útiles para tomar las riendas de la vida, libre, responsable y creadoramente.

Captar el arte y la magia de la vida nos conduce al estar, aquí y ahora.

Descubrir nuevos caminos es romper paradigmas; es reconocer que andar un solo camino es inútil ya que desperdicia la experiencia que debemos adquirir en nuestra esencia.

Debemos aprender a utilizar mejor nuestra memoria. A leer, a escuchar, a escribir, a explorar, a probar y a experimentar con razones para decidir con libertad.

Practicar lo aprendido, es ambicionar siempre querer más y mejor. Es educación y liberación.

Que nada y nadie piense y hable por nosotros.

Pensar, mirar, observar y comunicarse ayudan a nuestra transformación.

Nuestro camino en la educación y la autoeducación, será la de aprender y reinventar lo que nos ha sido dirigido a lo largo de nuetro paso por la tierra.

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